Hace mucho que los pijos dejaron de ser el centro de mis iras, pues encontré a otro tipo de espécimen aún peor en su concepto global, estos fueron bautizados "los quiero y no puedo", estas gentes que al principio eran poquitos comenzaron a reproducirse por todos los métodos posibles, desde la gemación hasta la fecundación in vitro, dando como resultado hordas de seres bípedos, salvo que se demuestre lo contrario, con una escala de valores, como decirlo... raritos...
Y es que "los quiero y no puedo" son para dejarte con las piernas vueltas, son seres que querrían ser pijos, pero no llegan pues su nivel económico es el mismo que el de las "personas normales", y entonces se afanan todo lo posible por intentar por todos los medios parecerse a ellos, así, sintetizando.
Estas huestes que ya las habría querido Ramoncín en sus días, que antaño se concentraban en la población post-adolescente (es decir, desde los 18 hasta los... 25-30 porrazos) que vivía con sus padres y tenían a priori el sustento ganado (por papi), y ellos podían dedicar todo su dinerito a trapitos a la moda.
Pero la moda les jugó una mala pasada, sus precios aumentaron y sus salarios se estancaron, las tendencias cambian vertiginosamente, al igual que las cuentas corrientes, o de ahorros, al gusto, y poco a poco se fueron marginando hasta encontrarse en la sombra del pijoterío... pero su amor a la moda era incondicional, y ellos se dieron por satisfechos por que, 1 mes de cada 6, la moda volviera a ellos en forma de rebajas, para fundirse en un eterno abrazo de 30 días con las cajas registradoras, en un trío de amor...
Pero esto no lo es todo, ni mucho menos, en su camino, algunos de los progenitores de la plaga amorosa también cayeron en las redes de este fiel competidor del consumismo compulsivo, este es más refinado, tan sólo se muestra durante unos 60 días al año... y cayeron, ¡vaya que si cayeron!; y al igual que sus lindos querubines, se reprodujeron de todas las formas posibles, incluyendo las esporas y demás...
Y a día de hoy nos encontramos con gente que no llega a fin de mes vestidos de con camisetas rosas de Channel y DG, y demás historias para no dormir, eso sí, antes muerto, que sencillo, panacea española.
En mi caso sigo pensando lo mismo: la moda es un esperpento tal que nos vemos obligados a cambiarla cada 6 meses.
Ale, mañana si hay ganas y tiempo, más ;)
Y es que "los quiero y no puedo" son para dejarte con las piernas vueltas, son seres que querrían ser pijos, pero no llegan pues su nivel económico es el mismo que el de las "personas normales", y entonces se afanan todo lo posible por intentar por todos los medios parecerse a ellos, así, sintetizando.
Estas huestes que ya las habría querido Ramoncín en sus días, que antaño se concentraban en la población post-adolescente (es decir, desde los 18 hasta los... 25-30 porrazos) que vivía con sus padres y tenían a priori el sustento ganado (por papi), y ellos podían dedicar todo su dinerito a trapitos a la moda.
Pero la moda les jugó una mala pasada, sus precios aumentaron y sus salarios se estancaron, las tendencias cambian vertiginosamente, al igual que las cuentas corrientes, o de ahorros, al gusto, y poco a poco se fueron marginando hasta encontrarse en la sombra del pijoterío... pero su amor a la moda era incondicional, y ellos se dieron por satisfechos por que, 1 mes de cada 6, la moda volviera a ellos en forma de rebajas, para fundirse en un eterno abrazo de 30 días con las cajas registradoras, en un trío de amor...
Pero esto no lo es todo, ni mucho menos, en su camino, algunos de los progenitores de la plaga amorosa también cayeron en las redes de este fiel competidor del consumismo compulsivo, este es más refinado, tan sólo se muestra durante unos 60 días al año... y cayeron, ¡vaya que si cayeron!; y al igual que sus lindos querubines, se reprodujeron de todas las formas posibles, incluyendo las esporas y demás...
Y a día de hoy nos encontramos con gente que no llega a fin de mes vestidos de con camisetas rosas de Channel y DG, y demás historias para no dormir, eso sí, antes muerto, que sencillo, panacea española.
En mi caso sigo pensando lo mismo: la moda es un esperpento tal que nos vemos obligados a cambiarla cada 6 meses.
Ale, mañana si hay ganas y tiempo, más ;)
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