Plegar el espacio-tiempo

Es de todos conocidos, desde que Einstein se le ocurrió la brillante idea de poner el espacio y el tiempo como una gráfica en 3D llenos de planos por todas partes que dicha gráfica, cuando la atraviesa un objeto, se pliega para adaptarse a él, pero estamos aquí ante un tipo singular de plegamiento espacio-tiempo, y es que, por alguna extraña razón, hay personas para los que parece que dicha gráfica y/o concepto no importa nada, o más bien que al espacio-tiempo se la sopla el individuo en sí, obteniendo un ser objetivo en ese aspecto, pero, por otra aún más extraña razón, hay personas que más que plegarlo, lo abrazan y se lo quedan para sí, haciendo que un instante pueda ser cuasi infinito, y; dentro de esta rama de abrazadores del espacio-tiempo, por supuesto, están los profesores...

Y es que, yo por lo menos conozco casos, bastante casos, de profesores en presencia de los cuales, una clase de una hora se convierte, en, aproximadamente, mil millones de años, y; por alguna otra extraña razón, aunque hablen extremadamente despacio, es imposible tomar apuntes con ellos porque te pierdes, no puedes llegar a escribir tan rápido como lo lento que hablan, no sé, la física relativista nunca ha sido lo mío, pero me parece que esta gente está en un plano superior de existencia en el que el tiempo a su alrededor parece cuasiestático y los átomos y moléculas paran su velocidad de 1000 kilómetros por segundo a unos pocos centímetros, y claro, luego te cuentan sus logros en la vida, y claro... ¡te quedas flipando mandarinas!, hasta que comprendes, que si el tiempo va tan despacio en torno a ellos, ¡en realidad un día para ellos dura más que un año para mí!, y claro, todo encaja como un puzzle sideral...

Pero vamos, que esto tan sólo es una teoría, puede incluso... ser cierta...