Publicidad

viernes, 1 de febrero de 2008

Despreciable

De todos es conocido que en ciencias están todo el tiempos enseñándonos a despreciar valores, ojo, tiene su definición, para los científicos se puede considerar despreciable algo que, así en términos de andar por casa, si dividimos el valor grande entre el pequeño, el resultado ha de tender a infinito, luego en la práctica se desprecia siempre la diferencia entre los valores sea mayor a tres órdenes de magnitud (es decir, que uno sea mil veces mayor que otro); pero por otro lado, también es cierto, que nos aleccionan bastante en otro tema a priori contrapuesto, que se podría resumir en que toda regla tiene su excepción (no confundir con el grupo de hip-hop de Pan Bendito); es decir, que algo que podría ser considerado despreciable según lo que nos han ido contando todo este tiempo, resulta que es lo que da sentido a la regla; y, es más, que pequeñas imperfecciones y particularidades en la estructura dan lugar a unas propiedades completamente distintas a las que cabría esperar, esto pasa, por ejemplo, con el agua, simplemente por tener puentes de hidrógeno su rango en estado líquido es mucho mayor al de las sustancias análogas a ellas, y encima, tiene un punto de fusión y ebullición mucho más elevado "de lo que le correspondería"; además, si no tuviera la extraña propiedad de ocupar más en estado sólido que líquido, también una propiedad muy rara con respecto al resto de las sustancias, y acoplándolo a que, por alguna extraña razón, la densidad mayor del agua es a unos 4 grados centígrados (3.91ºC para los puristas), dan lugar a que el hielo flote sobre el agua, y así no se puedan congelar los lagos/mares/océanos hasta el fondo, si no que se quede una capa en la superficie. Total, gracias a dos propiedades absolutamente despreciables, fuera de la regla, es posible la vida, básicamente.

Y, ¿a qué viene todo esto?, no es más que un ejemplo (un poco largo), sobre que hay que tener mucho cuidado con lo que desprecia, lo que se considera despreciable, o escaso, ya que, muchas veces, tiene el poder de hacer cambiar las propiedas intrínsecas de la materia. Hay veces, que basta con una motita negra en el centro de nuestra cabeza para, en un periodo corto, convertirnos en seres oscuros por completos, y al contrario, hay seres oscuros que en el fondo de ellos hay una mota de luz; y, si me dáis a elegir entre los dos, elijo a los segundos.

Así pues, aprended a despreciar, y; para ello, antes de realizarlo, hay que conocer la naturaleza intrínseca del objeto y la propiedad de desprecio, para saber, si realmente lo es, o, si es más bien la propiedad principal del objeto, pero escondida.

0 Deja tu comentario, no cobro ;):