Desinhíbite, deja que tu ego me golpee con toda su fuerza, que me bombardee como un enjambre de abejas con aguijones multicolor, quiero sentirme pequeño a tu lado, verme abrumado por ti, inconmensurable, verte tan grande que ocultes la luz del Sol, las montañas, mis plegarias, que mire donde mire estés tu.
Desinhíbete, muéstrame como eres, nada más que tal y como eres, quiero ver tus virtudes y tus defectos en toda su magnanimidad, quiero ver tus esquinas más oscuras y tus claros iluminados por tus ojos, por tu luz.
Deja que me quede con cara de bobo, mirándote sin poder parar, intentando aguantar tu mirada sin tener que desviar la mía, deja que me quede paralizado, sin poder hacer ni decir nada, ni coherente, ni incongruente, simplemente deja que me quede ahí, petrificado, sin más, tan sólo estoy cogiendo fuerzas para esta lucha titánica que me espera.
Deja que me rehaga... que mi ego se ponga una vez más en pie para plantar cara, es pequeño, pero no se deja pisar, ni se deja notar tampoco, su mayor virtud es la de esconderse cuando y donde le da la real gana.
Y ahora que te he visto tal como eres, deja que crezca, poco a poco, armoniosamente mis proporciones irán creciendo hasta igualarse con las tuyas, y ambos podremos ocultar al Sol, a los verdes prados, incluso a los destinos más osados, con un simple pestañear, y, pobre del que se cruce en nuestro camino, pues ahora tendremos un enjambre de abejas cada uno.
Buceemos el uno dentro del otro, no con más miedo del que tenemos al bucear en nosotros mismos, abrámonos las entrañas con la precisión del cirujano, tan sólo para que el otro pueda echar una mirada dentro de nosotros.
Y corramos, corramos al lugar donde más deseamos estar.
Desinhíbete, muéstrame como eres, nada más que tal y como eres, quiero ver tus virtudes y tus defectos en toda su magnanimidad, quiero ver tus esquinas más oscuras y tus claros iluminados por tus ojos, por tu luz.
Deja que me quede con cara de bobo, mirándote sin poder parar, intentando aguantar tu mirada sin tener que desviar la mía, deja que me quede paralizado, sin poder hacer ni decir nada, ni coherente, ni incongruente, simplemente deja que me quede ahí, petrificado, sin más, tan sólo estoy cogiendo fuerzas para esta lucha titánica que me espera.
Deja que me rehaga... que mi ego se ponga una vez más en pie para plantar cara, es pequeño, pero no se deja pisar, ni se deja notar tampoco, su mayor virtud es la de esconderse cuando y donde le da la real gana.
Y ahora que te he visto tal como eres, deja que crezca, poco a poco, armoniosamente mis proporciones irán creciendo hasta igualarse con las tuyas, y ambos podremos ocultar al Sol, a los verdes prados, incluso a los destinos más osados, con un simple pestañear, y, pobre del que se cruce en nuestro camino, pues ahora tendremos un enjambre de abejas cada uno.
Buceemos el uno dentro del otro, no con más miedo del que tenemos al bucear en nosotros mismos, abrámonos las entrañas con la precisión del cirujano, tan sólo para que el otro pueda echar una mirada dentro de nosotros.
Y corramos, corramos al lugar donde más deseamos estar.
2 Deja tu comentario, no cobro ;):
Ufff, que difícil el tema de hoy!!!...y qué difícil es deshinibirse, en el mundo en que vivimos, lleno de clichés y de tabúes...Desgraciadamente es muy complicado vivir realmente ajenos a ellos, pero hay que intentarlo para mantenernos fieles a unos mismos...
Por cierto, para que alguien se deshiniba, es preciso empezar con uno mismo ;).
Si yo estoy totalmente desinhibido reina, eso ya lo sabes tu :P
Pero sí, es cierto que es muy complicado desinhibirse en esta sociedad que nos ha tocado vivir
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