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lunes, 1 de octubre de 2007

Blanco y negro

Por fin han vuelto los días nublados, las mañanas de brisa fría y las tardes de lluvia, por el momento sin aire, calmadas, el sol parece no hacer acto de presencia, está ocultado detrás de una masa inmensa de nubes, podría decirse que se aburre y todo, por fin entramos de lleno en el reino de lo gris, los colores pastel poco a poco se van volviendo más crudos, los brillos se van matizando a marchas forzadas y se van quedando mate, pasamos de la alegre (y marchita) voluptuosidad a algo más pausado, y en cierto modo, más cercano, y claro, en estos momentos, a uno le da por pensar en cosas profundas, ya que por fin la temperatura nos deja pensar, y no es un mero instrumento para resecarnos el córtex, es tiempo de reencuentros, de comenzar colecciones de cacharros inútiles, de volver a empezar lecturas y amistades, de hacer la re-entrè del conocimiento, parece que nuestro cuerpo, abrumado y encogido por tanto frío, se ha arropado con nuestra mente y la deja pensar libremente, atrofiado estaba de tanto descanso y de tan poca humedad, a ver cuando se ponen de acuerdo y trabajan los dos al unísono.

Es tiempo en el que te bombardean con historias de verano, fotos de verano, pero para mi las sensaciones de verano quedan muy lejos, no olvidemos que el cerebro a tomado el control, y en verano mi cerebro no estaba para muchos trotes, tan sólo estaba para sentarse en un sofá y ver la televisión por cable, ni cortezas quería para acompañar. Parece que la nostalgia de lo soleado invade al mundo, estoy solo en mi felicidad por este tiempo frío y más crudo, me parece ser casi el único erguido por la calle, sintiendo el frío en mi cara y emanando calor, cada vez que me cruzo con alguien no enjuto, no puedo si no mirarle con admiración, pensando, mira, hay alguno más...

La verdad es que el contraste en fuerte, mientras hace algún tiempo el ambiente en la calle era de personas luminiscentes (aunque no tiene mucho mérito dar luz cuando te alumbra una bombilla gigante de 60.000 watios), ahora parece todo oscuridad, por eso cuando vislumbro alguna antorcha en la niebla no puedo más que acercarme, a ver que tal le va, a ver si tiene suficiente aceite para seguir en su tarea, que este invierno tengo buenas reservas, y no creo que mi luz se apague, claro está que no es espectacular como un ser luminiscente, pero da mucho más calor una simple antorcha titilante que una lámpara halógena.

En fin, me gusta mucho más la vida en blanco y negro que en color, da mucha más profundidad y, nadie sabe por qué, el blanco y negro convierte todo lo que toca en arte...

5 Deja tu comentario, no cobro ;):

Sarilla Malibú dijo...

SIIII démosle la bienvenida al invierno...

Sólo hay momentos de manta y libro en invierno,y además se le puede añadir un toque de música tranqui y alaaa, el paraíso ya está instalado.

Ah, te has olvidado de los charcos y de la lluvia tras los cristales, y todas esas cosillas del invierno que dan sensación de paz, como el té en taza de asas, el colacao caliente y el cine.

¡Ala, a disfrutar!

Moriah dijo...

Pues no sabes cúanto me alegro de leer estas palabras. El verano es mi enemigo público número uno, y me siento tal y como has descrito cuando el calor trepa hasta mis neuronas.

El otoño es mi estación favorita, con el invierno. He escrito muchas veces sobre eso. :) ¡Soy un rato pesada!

Quizá puedas verme en la niebla, quizá me escuches, y podamos quedarnos un rato mirándonos, reencontrándonos, reconociéndonos.

Acabas de iluminar este lunes...gracias.

Sr.DelGaS dijo...

Wenas Sara reina:

Al invierno le falta para llegar aún, pero ya va apeteciendo un buen te en su tazica en un salón con unos colegas, la verdad, que menos mal que se haya ido el invierno...

Elbereth:

Ante todo saludos, veo que has repetido por estos lares, me alegra :D, mi estación preferida también es el otoño, sin duda.
Ojalá pudiera iluminar los días así como dices ;)

Mae dijo...

no se si darte la razón o quitártela. Me gusta el verano por su colorido, por la alegría que parece desprender la gente... Aunque com otu bien dices, el calor no nos deja pensar y nos vuelve máquinas.
El gris que ahora empieza a notarse por aquí tmbién tiene su belleza, una belleza muy particular que no todos la saben apreciar. Me alegra que tú si.
Bsos.

Sr.DelGaS dijo...

Saludos Mae reina :D

Yo personalmente elijo el otoño y el invierno, las tardes en casa con la calefacción y una buena peli, con una mejor compañía, pero es cuestión de gustos.

Besos reina ;)