Publicidad

martes, 18 de diciembre de 2007

Los Gases Reales

Los seres humanos tampoco somos tan diferentes a una bombona o una bala que contenga un gas en su interior como nos parece, al igual que ellas, seguimos la Teoría del Caos a las mil maravillas: nuestros pensamientos aparecen de una forma u otra, aleatoriamente, chocan unos con los otros sin cesar, moviéndose a toda velocidad por nuestro interior, chocan contra las paredes del recipiente, a veces tanto que nos duele la cabeza, y chocan entre ellos, produciéndose rupturas e incluso recombinaciones; pero, todo esto, por supuesto, de una forma totalmente aleatoria.
Además, nuestros pensamientos cumplen las leyes de los gases de una forma asombrosamente parecida a la de cualquier gas real (que no ideal), véase:
Si aumentamos la presión en nuestro cerebro, los pensamientos chocan más veces y más fuerte, produciéndose a su vez otro aumento de presión, esto también ocurre si disminuímos el volumen, pero ese arte lo dominan la tribu de los Jibaritas.
A su vez, si hay pocos pensamientos, tenemos una presión baja, casi no chocan entre sí y la actividad cerebral suele ser baja e indolora.
Además, ahora viene lo más espectacular de todo, ya que lo anteriormente mencionado tiene que ver con la ley de los Gases Ideales, ahora nos metemos con la de los Reales:
Los pensamientos, en estado gaseosos ellos, con unas determinadas condiciones de presión y volumen (normalmente a volumen pequeño y presión elevada) licuan, y se vuelven líquidos pesados que se van al fondo, y se quedan allí indefinidamente, como parte intrínseca nuestra, sin embargo, sobrepasado un punto (cuando lo presión es extremadamente elevada o el volumen extremadamente pequeño, así como a elevada temperatura), es decir, en condiciones extremas, los gases reales no licuan, si no que se forma algo que ni es líquido ni es gas, si no una mezcla, cosa que también nos ocurre a nosotros, cuando estamos en situaciones extremas, nos comportamos de forma totalmente distinta e imprevisible.
Por lo tanto pequeños, se podría decir que cumplimos perfectamente la Ley de los Gases Reales, o, simplemente, que nuestra ciencia y saber científico no es más que un espejo donde mirarnos.

4 Deja tu comentario, no cobro ;):

Anónimo dijo...

Ahora entiendo porqué lo paso tan mal cuando tengo muchas cosas en la cabeza. ¡Es que mi cabeza es como una bombona de butano!

Psicólogos, retiraros, que llega
el Sr Delgas a sustituiros. Fin
de los trastornos psicológicos, todo es cuestión de física; al carajo con las terapias.

;) Feliz Navidad

Sr.DelGaS dijo...

Tu lo has dicho reina :P :P :P con lo bonita que es la física... y lo desaprovechada que está :P

Mae dijo...

Vaya vaya, si es que no puedo dejar de pasar por aquí.
Perdóname si te tengo un poco abandonado, pero es que no puedo no puedorrr...
Interesantísimo lo que cuentas. Yo soy una persona que piensa mucho (aunque a mas de uno de parezca imposible lo de mujer que piense jijiji) y es verdad que cuántas mas cosas quiera llevar adelante peor me sale todo y me mas intranquila me siento. Me gustan tus conclusiones...
Lo mejor creo que será no pensar demasiado, sobre todo las cosas que no están en la mano de una, verdad?
Besos y ya sabes que amenazo con volver (cuando pueda).

Sr.DelGaS dijo...

Uix xiquilla, ni mucho menos, no hay nada que perdonar ;).

De todas maneras, lo mejor es no pensar, porque si se piensa luego se dicen unas tonterías que no veas, pensar es malísimo, pero malo, malo, malo, más que el baladre y todo...

Un beso xiquilla, y amenaza aceptada, como siempre ;)