Diario de un becario: Semana 2

Bueno, ya parece que estoy totalmente integrado en el laboratorio, me identifico como una parte más del aparataje allí configurado, con un sitio entre los cromatógrafos y todo, esta semana ha sido bastante tranquilita, ciertamente, no ha habido mucho sobresalto, trabajo pausado y bien hecho, con muchos tiempos muertos para pulular por la blogosfera o como quiera llamarse y mandar correos.

Pero aún así nos hemos metido en el meollo de lo que va a ser mi estancia allí, tenemos un gran trabajo en mano dos personas inexpertas, algo realmente importante, es más, se nos ha comunicado que si nos sale bien nos invitan a comer y nos ponen una estatua en la puerta, así que, probablemente tendré mi busto colgado en la puerta de un Instituto del Estado, justo al lado de la placa en que dice que un tal Juan Carlos inauguró el local hace mogollón de años, que siempre está bien ver tu careto inmortalizado por las calles, además, claro está, de ser un ejercicio que engrosará mi curriculum hasta unos límites bastante jugositos, y ahí estamos, intentando sacarle el jugo a la fruta que tenemos entre manos, aunque parece que tiene el caparazón algo duro, o, más bien, que el cuchillo no corta muy bien, porque nos está dando algún problemilla que otro los cacharros de los que disponemos... en fin, menos mal que uno es un genio de la estadística para buscarle las vueltas a los resultados...