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sábado, 7 de julio de 2007

Oda al joven nacional

Tomado del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:

aparentar: (De aparente) .1. tr. Manifestar o dar a entender lo que no es o no hay.

Como veis, me he tomado la molestia de escribir sobre la especie más deleznable que tenemos dentro de nuestras fronteras, debe ser que hoy estoy demasiado aburrido como para escribir de cosas serias.


Esto va para ti, joven nacional, niños de una edad comprendida entre 16 y 30 años, que pueden alcanzar la cifra de 35 años en caso excepcionales, entre los que se da una característica peculiar, aparentar (para dudas ver la definición arriba).


Las características de dichos especímenes suelen ser, una mezcla contradictoria de extremos, es decir, cuanto menos tienen, más intentan aparentar que están por encima del resto, normalmente, son semi-humanoides que dejaron la ESO a medias, su ocupación está en la tienda de algún familiar, o detrás de alguna caja de alguna gran superficie o similares, en el caso que hagan algo, y no esperen con el cazo el viernes, para que sus padres les den algo de pasta para irse a la macrodiscoteca de moda.

En cuestión de vestimenta, el truco es sencillo, hay que meterse en 2 tallas menos que la suya, para que se vean lo que ellos llaman musculatura, y parezca que están más fuertes de lo que están (si os acordáis, lo de aparentar), deben haberse hipotecado, o haber pagado papi, para, depende de su poder adquisitivo tener un vehículo motorizado (aquí las opción van del Seat León hasta una vespino a la que previamente se la ha extraído el tubo de escape) y sobre todo, parecer que, por supuesto, tienen uno o dos ceros más en la cuenta del banco, o en la de su padre, que la que de verdad tienen (de aparentar).

Por supuesto, el look debe ser agresivo, cuanto más mejor, para esto prevalecen las caras estudiadas en el espejo y los cortes de pelo con los lados afeitados.

Con todo esto tendremos una mezcla explosiva, como veis, hasta el momento en que le oigamos hablar... este punto aún no lo tengo muy cogido, debe ser que hablan un idioma propio que aún no he logrado desencriptar.

En definitiva, con todo este cóctel tendremos algo parecido a un pijo malote, con la diferencia de que este personaje no tiene ni un pavo, otra vez aparentando, así pues, si los pijos son una plaga a extinguir, estos quiero y no puedo, que se cuentan por hordas, tan sólo nos queda el consuelo que cuando crezcan, se queden muy, muy abajo, entre ácidos y pastillas, consumiéndose lentamente

Está claro que por cada 10, hay diez 1.

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