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sábado, 4 de agosto de 2007

Dame más

¡Esto es como una droga!.- Exclamé en mi cabeza; aunque luego pensando, me di cuenta de que ojalá fuera como una droga, esto era mucho peor, tan rápido me bajaba a las más inhóspitas profundidades, con mis bestias internas, como me llevaba de nuevo al nivel del mar, con los pececillos asustadizos; tan pronto me elevaba a los más altos y yermos riscos, en compañía de las águilas, como de repente me encontraba de nuevo en el valle, con las ovejas. Mi voluntad subía y bajaba, ya no tenía el control de mi mismo, de pronto tenía todos mis sentidos hiperagudizados, de pronto mis ojos se nublaban en lágrimas, mi boca no podía articular palabra, en mis oídos tan sólo se oía la armonía de su voz, pero podía escuchar nada, mis articulaciones no reconocían mis movimientos.
Tuve que salir a caminar, caminé largo trecho enfrascado en mis pensamientos, sentía como mi ritmo cardíaco se aceleraba y disminuía sin ningún tipo de armonía, todas las canciones que escuchaba, todos los pensamientos que tenía eran sobre una sola cosa, así pues, regresé el camino andado, y seguí todo el día como un bobo, intentando oler en el aire su presencia, y recordando.

Visto lo que me iba a deparar el día, tomé el libro del Tao de la estantería y comencé a leerlo, creía que me iba a aportar serenidad, pero nada más lejos, los síntomas no hacían más que agravarse... ya estaba perdido...

Entonces me acordé de algo que llevaba escuchando por ahí un tiempo atrás tu tranquilo, lo peor viene de noche... estas palabras resonaron en mi como un peso muerto contra el suelo, sólo de pensarlo me causaba estragos, toda la noche, la cama, yo, y mi maltrecha cabeza dando vueltas al asunto...

Sí, llegó la noche, sí, mi maltrecho cerebro se empeñó en darle vueltas al día, y a lo que hubiera querido que fuera el día, sí, dí en torno a cinco mil vueltas en la cama, y al final, nada, caí rendido. Aún así dormí poco, me levanté empapado de sudor, otro día nuevo empezaba, y yo seguí con los mismos síntomas

No hay duda, vaquero, el amor fluye y corre por tus venas, y hace que te muevas a su voluntad, lo mejor es dejarse llevar y no pensar, pero es que es tan difícil...

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