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viernes, 5 de octubre de 2007

Amplificando

Hoy voy a hablaros de otra parte del aparataje de los equipos de laboratorio, el detector, todos tenemos un detector dentro (al menos uno, puede haber más), hay detectores de muchos tipos, hay unos que detectan cambios de temperatura, otros que detectan radiación ultravioleta, concentración, radiación infrarroja, sistemas de diodos... El mundo de los detectores es complejo, y cada uno es un mundo, y, si esto no fuera suficiente, encima hay un pequeño aparato que se puede poner entre el detector y el registro (el registro es lo que nos da la señal numérica en la pantalla), que es un amplificador de señal, este mísero aparato puede hacer que señales ínfimas se conviertan en montañas imposibles de escalar, permite magnificar casi cualquier pico insignificante, permite a cualquier cosa pequeña decir, ¡¡oye, aquí estoy!!.

Hace tiempo yo tenía un amplificador acoplado, justo al lado del registro, todo me afectaba demasiado, y así pasa, si una cosa pequeña la magnificas y la das la dimensión de "apreciable", incluso "grande", las cosas grandes aparecen monstruosas, una sonrisa parecía un rugido, es parecido a lo que pasa al susurrar por un megáfono. Sin embargo logré extirparme ese amplificador, y todo cambió, al principio no podía distinguir las cosas pequeñas del ruido de fondo de mi equipo, pero las cosas grandes aparecían como grandes, sin más, reconozco que un poco se perdió el mito, todo bajó al suelo en vez de estar kilómetros por encima de mi, pero luego vino mi aprendizaje, saber observar cosas aparentemente pequeñas entre un ruido de fondo, y es que las cosas pequeñas son tan importantes... Una cantidad muy pequeña de un determinado compuesto puede hacer del maná un veneno, y para comprender a ese maná, y a ese veneno, tuve que aprender a ver entre los picos del ruido, me di cuenta de que las montañas más pequeñas pueden ser incluso más difíciles que las grandes y bien diferenciadas, tan sólo dependía del entorno en el que estuvieran...

Ahora veo las cosas, o quiero verlas, con la magnitud que en realidad tienen, me he convertido en un mensurando más, ahora comprendo aquel que dijo que la definición más correcta de "hombre", sería "el que mide".

Pero eso no es todo, parecer que estos amplificadores los hacen de plomo, ya que me he quitado un gran peso de encima, además, como sabréis, el plomo es muy tóxico para el organismo. Así que ahora por lo menos he conseguido que mi detector funcione con corrección, y cometer los menores errores sistemáticos posibles, aunque, como siempre, haya que calibrar todo el equipo cada día.

Vaya, ya se me ha hecho tarde, mañana os hablo del detector... ese bello aparato que todos tenemos dentro...

8 Deja tu comentario, no cobro ;):

Moriah dijo...

Me gustan tus metáforas, tu realidad percibida y como la escribes.

A mi me pasa bastante eso que dices, y no he conseguido deshacerme de mis amplificadores. :(

Luego me pasa lo que me pasa... subo picos y desciendo a profundidades.

Me gustan tus palabras.

Sr.DelGaS dijo...

Bueno, lo de extirparse algo es un proceso siempre tedioso y doloroso, al menos al principio, así que no desesperes, de todas formas, intenta disfrutar de tus cimas y tus profundidades, cuando te quites el amplificador nunca llegarás a subir ni a bajar tanto como ahora ;)

Muchas gracias, me halagas :D (lo dicho, al final me lo terminaré creyendo)

Anónimo dijo...

Un texto tan friki como deliciosamente psicodélico y REAL.

Menuda suerte quitarte ese amplificador, lo del mío es una putada porque aparece y desaparece según conviene. Aunque a veces esto también es agradable. Quién no se consuela...

Me encanta leerle Señor:)

Sr.DelGaS dijo...

Hombre, que grata sorpresa, bienvenida a estos lares, tu lo has dicho, a veces es agradable tener amplificador, pero una vez te lo extirpas, ya no hay vuelta atrás ;)

Y no me diga señor, que me hace mayor..

Un beso reina

Sarilla Malibú dijo...

Explícame una cosilla de nada:
¿Cómo te has quitado ese maldito cacharro?
Yo últimamente vivo con el amplificador puesto, estoy en fase de detección, pero al menos puedo regularlo, percibirlo ahí como si fuera un bicho infecto bajo la piel. Creo que pronto me lo extirparé, ¿duele?

Que complejo, diox es esto de autoeducarse.

Besotes, sigue deleitándonos con la realidad en metáfora.

Sarilla Malibú dijo...

Por cierto, incluye en tu lista de palabros raros los siguientes:

Kafkiano
Hiperbólico
Estratosférico
Cornucopia
Esquizoide
Rimbombante
Paradigmático

(ya te diré más que con esto del segundo ciclo, estoy aprendiendo mucha verborrea)

Mae dijo...

Me ha gustado tu definición de hombre.. Muy buena.
y que razón tienes en este post (como siempre). Cuando a las cosas se les da la importancia justa que tienen, todo es mas fácil de llevar.
mi abuela siempre me decía "no hagas una montaña de un grano de arena" (aunque ella en el fondo tb se hacía sus castillitos).
Gracias por otro post interesantísimo.
Besos amigo.

Sr.DelGaS dijo...

Wenas Sara reina:

Lo de quitarse el amplificador hay dos formas, ir entrando poco a poco, agarrarlo, y sacarlo poco a poco, o que te dé un día un volunto, agarrar el bisturí y tirar del cacharro hasta que salten los cables, me parece que yo lo hice de la segunda forma... y claro que duele, pero al poco rato notas un alivio...
Incluyendo palabras, muchas gracias :D un besazo

Aloha Mae:

La definición de hombre esa es de Nietzche, resulta que en los países sajones, la raíz para la palabra hombre (men) y para medir (mensure) viene del mismo vocablo, hay mucha filosofía centroeuropea que trata la idea de que tengan algo que ver, pero nunca se le ha dado demasiada importancia, aunque si te paras a pensar lo que hacen las personas es estar midiendo constantemente.
Me halaga que te haya gustado, un besazo tesoro