Visto que, desde hace unas semanas la inmensa mayoría de los que entran aquí por San Google, que son unos cuantos, lo hacen buscando cosas parecidas a "ácido clorhídrico en...", pues me he decidido a hacer este "post homenaje" a esta gran sustancia, de la que, por otra parte, se podrían escribir volúmenes y volúmenes enteros, pero bueno, voy al lío:
Primeramente huelga decir que la fórmula del ácido clorhídrico es HCl, con lo que, a todos los efectos se trata de un ácido monoprótico, además es un ácido fuerte ya que, en disolución, se encuentra totalmente disociado en sus iones, es decir, los cloruros por un sitio y los protones por el otro. Debido a su naturaleza, la composición que podemos obtener en agua es al 37%, siendo imposible concentrarlo más al tener un máximo eutéctico de composición ahí (al igual que pasa con el ácido sulfúrico, que su concentración máxima es el 98%, y ocurre en la mayoría de las sustancias al mezclarlas al intentar conseguir una elevada pureza).
El Ácido Clorhídrico, a temperatura ambiente es un gas ligeramente amarillento y se le conoce como cloruro de hidrógeno, es corrosivo y más pesado que el aire, desprendiendo vapores tóxicos al contacto con este de color blanquecino, como hemos dicho antes, muy tóxicos e irritantes.
En disolución, por contra, es un líquido incoloro, con una densidad ligeramente superior a la del agua, siendo de 1,19 gramos por cada centímetro cúbico en disolución al 37%, por supuesto, esta densidad va asemejándose más a la del agua según la riqueza en ácido va disminuyendo. Otras propiedades a tener en cuenta son su punto de fusión, situado en -26 ºC (247 K para los puristas), y su punto de ebullición, a 48ºC (321 K), con lo que hay que tener cuidado al calentarlo ya que a más de 50 grados comienza a ser peligroso por una parte, e inútil por la otra, ya que todo el ácido que tengamos en disolución va a pasar a estado gas.
Debido a su corrosividad y, sobre todo, a su toxicidad, hay que tomar bastantes precauciones con este angelito, ya que puede provocar lesiones al contacto con la piel (desde enrojecimiento hasta unas ampollas e incluso úlceras, dependiendo de la concentración y el tiempo de estancia), si contacta con los ojos puede producir incluso la necrosis de la córnea, y si lo ingerimos, cosas parecidas, es decir, quemaduras, úlceras etc. En este caso, siempre que la ingesta sea pequeña, los daños se localizan en los tractos antes del estómago, ya que no conviene olvidar que cuando hacemos la digestión la hacemos a pH=1, el mismo que tiene el HCl. Aún así es recomendable beber agua, para diluirlo, o bien leche, para neutralizarlo, pero no inducir el vómito ya que las consecuencias serían doblemente malas, al pasar dos veces el ácido por el mismo sitio sin neutralizar.
Inhalado puede provocar edemas, e incluso bronquits crónica.
Bueno, las precauciones para esto suelen ser manejarlo en campana extractora, con guantes de protección para ácidos (los verdes, niños de los laboratorios, los blancos de látex tan sólo sirve para que el ácido los destruya y lo siguiente sea tu epidermis, además de quedarse pegado el guante a tu piel quemada, ya sabes, doble efecto, sensación única), gafas de seguridad y demás.
Aún así pintado de mal, es uno de los productos más usados en los laboratorios, teniendo aplicaciones en todos los campos, debido a su bajísimo precio, gran efectividad y relativamente facilidad de manejo, ya que con un poco de cuidado y una campana extractora lo podemos manejar adecuadamente, se utiliza para crear medio ácido en casi cualquier reacción, salvo en los casos en los que tengamos que analizar cloruros, o en los famosos detectores de cloruros en absorción atómica, o con pH-metros (que palabra tan ridícula), debido a que, aunque hay que tener cuidado con él, es mucho menos corrosivo que el sulfúrico o el nítrico, por ejemplo.
Para finalizar, bueno, sólo decir que el resto del blog también está apañado, y ya que has llegado hasta aquí, gente de Google, os invito a entrar en el resto de mi morada.